La continuidad se ha perdido, pero el concepto permanece: los principales superhéroes del mundo se han convertido en zombies y no hay nadie capaz de detenerlos, con la salvedad de que esta vez la historia tiene al Escuadrón Supremo como protagonista.
Los dibujos de Fernando Blanco hacen lo que pueden para salvar la historia pero el guionista Frank Marrafino no consigue divertirnos tanto como sus antecesores.
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